Esta simple premisa es una de las más olvidadas tanto en empresas web, como en las que sólo se mueven por el mundo off-line.
Os contaré una historia que me ha hecho reflexionar sobre este tema.
Estábamos preparando un envío (en la jerga, quiere decir: un mail a muchas personas…jeje) a algunos miembros de nuestra comunidad de aprendizaje en Emagister.
Es un concurso en el que puedes ganar un iPad 2 por responder a la siguiente pregunta con un artículo de mínimo 400 palabras (8 párrafos aprox.).
¿En qué otros campos (o empresas) trabaja, o puede trabajar, una persona de tu especialidad?
Hasta ahí todo parece normal. Hasta que una de las personas de nuestro equipo activó las alertas en la siguiente conversación:
Chris: Me parece bien el mail, pero ...¿tenemos un ejemplo de artículo para guiar a la gente?
Erasmo: ...mmm..., pues no.
Chris: Deberíamos tenerlo. Si cuesta tanto escribir un ejemplo nosotros mismos, es mala señal.
Chris, tiene toda la razón. Si no somos capaces de hacer lo que le estamos pidiendo a nuestros usuarios, difícilmente ellos lo harán.
Antes de pedir a las personas acciones que a veces vemos muy simples de realizar, debemos parar un momento y reflexionar. "Ponernos en a piel del usuario" y evaluar si estamos dispuestos a invertir nuetro tiempo y/o dinero en ello.
Darse de alta en un servicio; pagar por una cuenta premium; completar datos de un perfil; dar nuestro teléfono; redactar una opinión; o crear contenido, son acciones que para todos los usuarios conlleva un esfuerzo. Si no estamos dispuesto a hacerlo nosotros. Difícilmente lo harán ellos.
Finalmente escribí el artículo de ejemplo y según las estadísticas, 98% de los click de los usuarios fueron directamente al ejemplo. Chris tenía toda la razón ;-)
...No pidas a tus usuarios, cosas que tú no harías...
...No pidas a tus usuarios, cosas que tú no harías...
Erasmo López
Excelente reflexión!!! mis saludos!
ResponderEliminarGracias Norma. Por suerte cuento con la ayuda de grandes profesionales. Un abrazo.
ResponderEliminar